Bajar hasta 5 kilos de peso podría resultar una tarea fácil si tienes disciplina tanto en ejercicio como en la ingesta diaria, pero a muchas nos ha pasado que los últimos 2, 3 o 4 kilos que queremos eliminar, resulta una tarea titánica por conseguir. ¿A qué se debe esto? Aquí te lo explicamos.
Cuando consumes carbohidratos, éstos se almacenan en forma de glucógeno, el cual está listo para ser usado en cualquier momento, sobre todo, cuando decides entrenar. Si no se utiliza, se guardan en forma de azúcares en los músculos y el hígado. Por cada gramo de glucógeno almacenado se guardan también 3 gramos de agua. Pero si el glucógeno se quema al momento de hacer ejercicio, el agua también se pierde.
Para perder peso, debe haber un déficit de 500 calorías por día, para que el cuerpo siga usando el glucógeno almacenado y producir energía. Sin embargo, cuando llegamos al punto de obtener energía a través de la grasa almacenada, necesitamos 1 gr de agua en lugar de 3 gr y es ahí cuando la quema de grasa parece que se tornó lenta.
¿Qué hacer? Debes seguir corriendo durante 45 minutos al día a intensidad media o alta y mantener ese déficit de calorías, pero si quieres mantener la pérdida de peso debes incluir sesiones de intervalos dos veces a la semana. Para mover esa grasa que se resiste a desaparecer, es necesario un entrenamiento alta intensidad y corto (30 min) como fartlek, intervalos, fuerza funcional mezclada con cardio, spinning y hasta alternar caminata con carrera durante 1 hora, además de la disciplina en la nutrición. Lo importante es que tu cuerpo use el glucógeno en los primeros 30 min de ejercicio y la grasa acumulada la queme durante la recuperación. ¡Olvídate de solo hacer abdominales aburridos!