Independientemente de la distancia o ritmo al que corramos al entrenar o al competir, la mayoría de las personas que salimos a correr tenemos algo en común: queremos encontrar maneras para correr mejor, para ir más lejos, para cansarnos menos o no acabar lesionados.

Si bien es cierto que hay cosas básicas que muchos de nosotros ya sabemos que tenemos que incluir en nuestros entrenamientos, a continuación les presento una lista de cosas que hay que tomar en cuenta para convertirnos en una mejor corredora que podamos ser:

1) Recuerda que muy probablemente no vas a mejorar tu marca en cada carrera en la que compitas.

Su te inscribes a cuanta carrera te encuentras, te habrás dado cuenta que hay unas donde mejoramos nuestra marca personal y otras donde no estamos cerca de ella. Hay muchos factores que están fuera de tu control que influyen para tener una carrera perfecta como el clima, la nutrición, el descanso, el estrés, los niveles de hormonas… Si esperas que cada carrera en la que participas sea LA carrera, es muy probable que termines desanimada pues el resultado no depende enteramente de ti. Ponte metas que estén dentro de tu control como salir de tu área de confort o mantener tu mente positiva en todo momento. Muchas de las carreras de las que me siento orgullosa no tienen nada que ver con mi marca sino con la ejecución que tuve en la misma.

2) El tipo de calzado que usas sí importa.

Lo importante no es la marca o el costo de los tenis, o que sean los zapatos de moda o “los que todos los buenos usan”. Lo importante es encontrar el zapato correcto PARA TI. Cada persona es diferente y cada uno tiene una pisada, zancada y manera de correr diferente. El mejor consejo es ir a una tienda especializada para que te hagan un análisis sobre tu tipo de pisada y que así te recomienden el tipo de zapato que es mejor para ti. Te evitarás lesiones.

3) No se puede correr rápido todo el tiempo.

“Rápido” es relativo. Y no hay una definición perfecta de lo que es correr rápido, pero lo que es cierto es que no puedes estar corriendo a tu máxima velocidad en cada entrenamiento y estar a tu 100% todo el tiempo. Esta es una lección que aprendí “a la mala”.

En mi segundo año como corredora profesional comencé a correr todos mis entrenamientos rápido. Aun en los días de recuperación corría rápido porque quería ser mejor. Lo único que obtuve fue una lesión por no tener el descanso y la recuperación adecuada. Ademas de que estaba sobreentrenada y fatigada todo el tiempo. Me costó estar unas semanas fuera para entender que es mejor correr 80% suave y 20% rápido que a la inversa.
Tuve oportunidad de estar corriendo con varias corredora etíopes y kenianas en un campamento de entrenamiento que hicimos. Cuando era calentamiento, enfriamiento o días de recuperación corrían un minuto más lento de lo que yo lo hacía en mis días leves. Eso me hizo entender que el cuerpo debe recuperarse (el ritmo cardiaco, los músculos, la mente, etc) para poder empujar cuando hay que hacerlo. Eso si, los días en que había que correr a cierto ritmo, ellas no pensaban si podrían o no, solo lo hacían sin siquiera ver el reloj (todo a base de esfuerzo). Fue una gran lección para mi que me ayudó no solo a entrenar mejor sino a mantenerme sana (sin lesiones) por muchos años y dar la marca para juegos olímpicos.

4) Los días de descanso son tan importantes como los días de entrenamiento.

No podemos compararnos con otras u otros en cuanto a entrenamiento pues cada quien es diferente y tiene una fisiología y metas diferentes. Lo que si es cierto, es que sin días de descanso el cuerpo no se recupera y tus entrenamientos no serán tan efectivos, además de que corres el riesgo de lesionarte.

5) Tener éxito en este deporte lleva tiempo.

Créanme, la paciencia no es una virtud con la que nací, pero he aprendido que tener éxito en cualquier actividad (y más en el correr) toma tiempo, trabajo, disciplina, consistencia y mucha paciencia. No hay un secreto para correr mas rápido de un día a otro. Lo único que hay que hacer es trabajar día con día, poniendo atención en las pequeñas cosas y esperar a que llegue el momento adecuado para nosotros. Así nos sabe mejor cuando logramos nuestro objetivo, cuando sabemos que nadie nos lo regaló sino que trabajamos con sudor y a veces hasta lágrimas por él.

6) Nada te va a ayudar más que hacer las pequeñas cosas que marcan la gran diferencia.

Las pequeñas cosas toman más tiempo y esfuerzo que solo salir a correr. Estas pequeñas cosas incluyen aplicarse hielo en ciertas áreas después de correr para desinflamarlas y evitar posibles lesiones, utilizar el rodillo para rehabilitar los músculos, comer sano, dormir lo suficiente, hacer trabajo de fuerza, etc.

Las pequeñas cosas que parecen no tener importancia tienen un porcentaje muy grande en la manera como vamos a entrenar y correr el día de nuestra carrera. Ademas, son estas pequeñas cosas las que te ayudarán a mantenerte sano para seguir corriendo.

7) Tus intereses pueden cambiar y eso está bien.

Esto se aplica a todo en la vida. Lo que un día nos gustaba mañana puede no gustarnos ya y eso es super normal. Los intereses de uno cambian a medida que evolucionamos.
Recuerdo que cuando comencé a correr solo quería hacer carreras de 5 kilómetros y juré nunca correr otra distancia. Un año después estaba corriendo medios maratones. Después comencé con maratones (lo que dije nunca haría) y ahora me encantan. Y quien sabe, quizá en el futuro regrese a correr 5 kms o deje de correr por completo. Uno nunca sabe qué pasará o cómo nos sentiremos en unos años.

Si comenzaste a correr para perder peso o estar en forma y después empezaste a competir en 5 o 10K, !qué bueno! Si cambiaste de distancia después o ya no quieres competir y solo quieres correr, !qué bueno!. Lo importante es hacer lo que te haga feliz. Y así sea que salgas a correr aunque no compitas o que salgas a correr para calificar a juegos olímpicos, eres una corredora REAL, una corredora de verdad. Los resultados, el ritmo, los lugares en las carreras no nos hacen buenos o malos corredores. El hecho de ponernos los tenis y salir a correr, sí. No hay una definición real sobre ser un buen corredor o un corredor “de verdad”. Si tu te consideras corredor, lo eres, es así de simple.

Correr es un deporte INCLUSIVO en donde todos somos bienvenidos sin importar qué tan lejos o tan rápido lo hagamos. Sin importar edad, condición física, laboral, idioma, nacionalidad. Esa es la belleza de este deporte: aquí todos somos iguales pues el esfuerzo es el mismo. Todos somos corredores.

Gracias por leerme. Espero que esto les sirva y que recuerden que correr es un privilegio.
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