Típico que eres corredora y cuando estás con tus amigos lo que más te da pena es quitarte los zapatos porque tienes uñas de corredora. No te preocupes, es muy común que a veces los pies no se vean tan bonitos pero no tienen que quedarse así.
Cuando corremos el pie es una de las partes del cuerpo que más impacto absorbe y existe el riesgo de que salgan ampollas, que duelan, que suden, que se agrieten, que se despellejen y hasta que se pongan feas las uñas, se hagan negras o se caigan, sin embargo, ya existen muchas soluciones para evitar un daño muy grave.
Encuentra los tenis perfectos para ti. El calzado que te queda chico deja uñas moradas o sangradas, los que quedan grandes causan nervios pellizcados, juanetes y callos y los que te quedan amplios sacan ampollas y duelen. Pruébate los zapatos cada vez que vayas a comprarlos, pide medio número más grande y de preferencia ve por ellos en la tarde que es cuando el pie está un poco más inflamado por el cansancio del día. Con el tiempo, los pies pueden llegar a crecer hasta dos tallas, así es mejor ir a la segura y comprobar que sigues siendo la misma antes de invertir en los tenis incorrectos. Checa esta guía.
Elige bien el calzado del diario. Es igual de importante que los tenis de correr, ya que literalmente estás en ellos todo el día. Cuando vayas a comprar zapatos, pruébatelos como los vayas a usar, el tipo de calcetines o sin calcetines para ver si realmente te acomodan. Ahora bien, alterna los tamaños de tacón, tienes que entrenarlos también, ni andes todos los días en tenis, ni con zapatos de tacón de más de 10 cm. Con el tiempo, esto te ayudará a evitar deformidades y dolores posteriores.
Elige las calcetas correctas. Los calcetines que están hechos solo de algodón guardan el sudor, lo que los mantiene húmedos y causan ampollas, los mejores para correr son los que tengan acrílico. Compra los que tengan costuras menos marcadas. La ventaja de las calcetas es que son mucho más baratas que los tenis por lo que puedes comprar diferentes tipos y experimentar a ver qué modelo es el que mejor te acomoda.
Haz un masaje semanal. Una masaje a la semana va a hacer maravillas por tus pies y si tienes alguna molestia, te ayudará a encontrar el punto exacto en el que se encuentra. En caso de que no sepas darte un masaje, puedes comprar un rodillo de madera y pisarlo mientras deslizas el pie de adelante a atrás, también funciona con dos pelotas de golf. Si te duelen, congela agua en una botella larga y dale masaje a tus pies después de entrenar durante 15-20 minutos, te quedarán super relajados.
Ve con un profesional. No basta con ir al salón de belleza a que te hagan un pedicure, necesitas ir con un pedicurista, ellos son especialistas en sacar uñas enterradas, quitar callos, en hidratar la piel y en dar masaje. Además sí eres corredora no te pueden quitar los callos en su totalidad porque eso solo te lastimaría, así que asiste a uno que tenga experiencia con corredores. De preferencia, acude después de una carrera.
Corta las uñas de forma correcta. Si prefieres hacerlo tú misma, trata de que tus uñas no queden cuadradas, procura redondearlas un poco de los costados para que evites que se entierren. Tampoco cortes demasiado creyendo que así no se van a lastimar, al contrario, podrían doler más.
Piernas arriba. Otro tip que nos ha funcionado es que terminando de entrenar de forma intensa, te acuestes en tu cama, subas tus piernas y las recargues en la pared por 15-20 minutos. Esto te ayudará a que mejore la circulación y retrases la recuperación. Si quieres, busca una crema refrescante de pies y piernas para acelerar el proceso.
Ejercítalos. Hacer ejercicios para tus pies es de mucha ayuda, por ejemplo, caminar con el talón, de puntitas, mover tus dedos de arriba a abajo no solo los fortalecerán sino que también los descansarán. Prueba esta rutina.
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