Hay errores que debemos evitar al entrenar si no queremos que nuestras carreras se vuelvan un desastre y con frecuencia, el contagio social nos hace perder la cabeza y sentirnos decepcionadas porque nuestro progreso como corredoras se ha detenido. Te dejamos los 4 errores más comunes que debes evitar.
- Entrenar mucho cuando estás empezando. Y no solo se trata si eres principiante, sino que si has decidido ponerte una meta como bajar tu tiempo o aumentar tu distancia para correr una prueba como 21k o 42k, y empiezas a incrementar tu kilometraje o la intensidad muy pronto, es probable que te lesiones, te sientas muy agotada o incluso que te enfermes. Recuerda que no debes aumentar más del 10% de kilometraje por semana y trata de que haya una semana intensa y la que sigue sea moderada. No te saltes tu trotes de recuperación, ni los descansos activos ni los descansos totales.
- Correr rápido demasiado pronto. Es uno de los errores más comunes porque cuando empiezas a entrenar o quieres alcanzar un objetivo muy rápido, para el que sabes que aún no estás lista. Entrenar a paso veloz todo el tiempo no va a hacer que mejores, al contrario, tus músculos tardarán más tiempo en recuperarse y estar listos para el siguiente entrenamiento. Incluye un día de velocidad con intervalos cortos y otro con subidas o con distancias más largas o carrera a ritmo, el resto incluye trotes de recuperación y distancia.
- Correr todo el tiempo. Otro de los errores más frecuentes para quienes creen que solo van a mejorar si corren todo el tiempo. No tiene caso que hagas kilómetros basura que no te lleven a ningún objetivo y solo te desgasten sin sentido. Un día a la semana incluye cross-training como puede ser TRX, yoga, natación o bici; además, 2 veces por semana haz entrenamiento de fuerza, ya sea funcional, crossfit o pesas para que tus músculos estén fuertes, tengas mejor rendimiento y evites lesiones.
- Arrancar muy rápido. Uno de los errores que más vemos en las carreras y que no se practica durante los entrenamientos. Te recomendamos practicar el ritmo de carrera en una distancia que sean menos de la mitad de lo que vas a correr el día de tu prueba. Y trata de correr la segunda parte entre 15 y 20 segundos más rápido por kilómetro. De esta forma, vas a correr más eficiente y tendrás mejores resultados.