No necesitas matarte de hambre para eliminar la grasa que te sobras. Buena parte de ella proviene de malos hábitos alimenticios como comer azúcar y grasa en exceso. Hz estos pequeños cambios y notarás la diferencia en las próximas semanas.
1. Comer de 5 a 6 veces al día. Pero estas comidas deben ser pequeñas y podrían tener 3 horas de espacio entre cada una. Un estudio de la Universidad de Georgia descubrió que si no permitías un déficit de 300 calorías cada 3 horas, tenías muchas posibilidades de cambiar tu composición corporal porque vas a perder grasa más rápido y a ganar masa muscular si lo combinas con ejercicios de fuerza y aeróbicos.
2. Cambia tu despensa. Cuando vayas a comprar tus alimentos no olvides incluir frutos secos como almendras; leguminosas como frijoles, habas y garbanzos; vegetales verdes como apio, espinacas, verdolagas y lechugas; lácteos bajos en grasa y orgánico, sobre todo, yogurt; cereales como avena y quinoa; huevos, pechuga de pavo, pollo sin piel y carne magra; aceite de coco y oliva; frutas como fresas, zarzamoras, arándanos, frambuesas y manzanas. Evita consumir más de 50 gr de azúcar diarios y elimina la grasa animal y alimentos fritos de tu dieta.
3. Consume licuados para antes y después de entrenar. Esto te va a ayudar a mantener la energía y si los bebes después de correr, te recuperarás más rápido y además, según un estudio de la North American Association, consumirás menos calorías en tus siguientes comidas y por lo tanto, perderás peso.
4. Cambia tus bebidas. Entre menos bebas alcohol, bebidas azucaradas y refrescos, verás los efectos en tu abdomen. Evita el consumo de las bebidas deportivas si no haces más de 1 hora de ejercicio cardiovascular. Bebe al menos 8-10 vasos de agua al día para regular la digestión, eliminar toxinas y mantenerte hidratada.
5. Dedica un día a la semana a comer lo que te gusta. De esta forma te será más fácil mantener la motivación y verás los resultados muy pronto. Tu nueva forma de alimentarte no debe causarte estrés.