Cuando escuchamos hablar de vitaminas, la vitamina B12 es una de las más sonadas, y es que no solo se encarga de mantener el sistema nervioso central, sino de procesar la proteína que llega a nuestro cuerpo y de formar glóbulos rojos en la sangre para disminuir el riesgo de padecer una anemia.
Cabe mencionar que la cantidad de vitamina B12 que llegues a tomar, debe ser de acuerdo a lo que tu médico prescriba, pues la recomendación varía de acuerdo a tu edad, así como al hecho de estar embarazada o en plena adolescencia.
Así que una vez que sepas cuál es, checa estas cinco razones para no descuidar tu dosis diaria de vitamina B12.
Bye, bye anemia
Debilidad, perdida constante de equilibrio, hormigueo en el cuerpo y falta de apetito, son algunos de los síntomas principales de la anemia, enfermedad que podría prevenirse si se toma la vitamina B12 en las cantidades adecuadas.
Buen funcionamiento del sistema nervioso
Es el que se encarga de supervisar y controlar las funciones tanto de los órganos, como de otras zonas corporales. Las neuronas que se encuentran en él se mantienen sanas con el consumo de la vitamina B12. Ellas reciben los estímulos del organismo, para así después enviar las respuestas adecuadas a él provocando el correcto funcionamiento de las capacidades físicas del cuerpo.
Es una bomba de energía
Según la doctora e investigadora en hematología, Sandra Martínez, del Instituto Nacional de Pediatría, el trabajo, el estrés y el ejercicio pueden provocar un exceso de cansancio, el cual puede ser combatido con esta vitamina, ya que es la encargada de brindarle energía al cuerpo manteniéndolo despierto, sano y activo.
Cuida tu memoria
Diversos estudios demuestran que presentar un nivel bajo de vitamina B12 en el cuerpo podría provocar cierto tipo de daños en el cerebro, uno de los más recurrentes, la pérdida de memoria, así como la función cognitiva.
Combate la Ictericia
La ictericia es la coloración amarillenta tanto en ojos como en piel. Este color amarillo proviene de la bilirrubina (subproducto de los glóbulos rojos), y si bien puede ser síntoma de varias fallas en el organismo, una de las principales es la de un hígado “cargado” o dañado.
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