Llega enero y junto con el un titipuchal de culpa por todo lo que consumimos durante las vacaciones. En la actualidad estamos acostumbrados a obtener de manera inmediata todo lo que deseamos, y como en estos momentos deseamos volver a nuestros jeans, optamos por opciones rápidas y «sencillas».
Comencemos por aclarar que no estoy en contra de las dietas «detox», pero como cualquier régimen, éste debe ser vigilado y personalizado. Los programas «detox» o de desintoxicación son tan variados que no podemos generalizar, si bien existen algunos con el fin de reducir una toxina en específico, existen otros que tienen como objetivo comenzar un régimen de pérdida de peso.
Entre las dietas más populares está la de los famosos jugos. La fruta provee de energía a nuestro cuerpo a través de fructuosa la cual se absorbe en nuestro organismo rápidamente, por lo que a la media hora que tomas un jugo comienza el bajón, así el dolor de cabeza y los mareos no se hacen esperar.
Entendamos que nuestro cuerpo es una máquina imparable y si o si va a obtener la energía necesaria para funcionar correctamente, por lo tanto, al castigarlo (reduciendo su ingesta calórica) obtendrá la energía necesaria a través de la reserva (hígado, tejido graso y muscular), pero no te emociones porque para oxidar lípidos (grasa) necesita glucosa y como tu dieta provee muy poca, el organismo la obtiene a través de la descomposición del músculo. Supón que en lugar de utilizar leña barata, quemas tu hermoso comedor de caoba para obtener calor. Por otro lado tu cerebro está muy enojado ya que los jugos no proveen aminoácidos básicos para mantenerte de buen humor.
Limpia culpas saludablemente:
- Reduce porciones
- Limita la ingesta de polvos blancos, es decir el azúcar, la sal y las harinas refinadas (pan, pastel, galletas, tortillas de harina)
- Evita lácteos
- Olvídate de las gaseosas y las bebidas alcohólicas
- Bebe al menos 2.5 L de agua natural
- No dejes pasar más de 4 horas son comer
- Incrementa la actividad física
Confieso que durante estas vacaciones tuve “algunos” excesos por lo que decidí diseñar mi propia dieta la cual se basa en jugos verdes por la mañana, frutas de temporada, verduras de hoja verde, salvado de trigo natural, maíz, chía, almendras, frijoles (de la olla) y pescado. No trigo, no azúcares, no lácteos, no alcohol.
Recuerda que cualquier plan de alimentación debe estar diseñado de acuerdo a requerimientos, características y gustos personales.
Somos lo que comemos vs. lo que gastamos
Por: Fernanda Alvarado Maratonista, Asesora editorial de marcas vinculadas a la nutrición, Educadora en Diabetes y Coordinadora del grupo de Promotores de Salud de la Universidad Iberoamericana. @Ferrnanda Blog: biencomer.blogspot.mx