Seguro has escuchado a muchas de tus amigas decir que si entrenas con el estómago vacío, vas a quemar la grasa acumulada. ¡Es mentira!

La realidad es que para que puedas correr, tus músculos primero van a utilizar los carbohidratos acumulados en tu cuerpo en forma de glucógeno, los cuales deberán ser consumidos antes de entrenar. Una vez que estas reservas se agotan, por lo regular después de correr 45 minutos o 1 hora, es cuando la energía baja y el cuerpo se ve forzado a utilizar la grasa como energía.

Si vas a entrenar menos de 30 minutos, puedes saltarte el desayuno ligero previo recomendado porque probablemente tengas suficiente glucógeno acumulado de la noche anterior (claro si es que no optaste por no cenar o solo comer verduras), pero si vas a correr más de ese tiempo, necesitas consumir al menos entre 100 y 250 calorías antes de entrenar. Escoge carbohidratos con un poco de proteína, como por ejemplo, un plátano o un pan con crema de cacahuate, un pan con mermelada, fruta fresca, yogurt con granola (si no tienes problemas con lácteos) o bien, una gomitas o bebidas que contengan tanto carbohidratos como un poco de proteína. Un licuado también es una gran opción: agrega plátano, leche y almendras.